Sinopsis
La esperada y explosiva conclusión del primer arco de la saga El Archivo de las Tormentas, obra cumbre de Brandon Sanderson, con más de diez millones de lectores en todo el mundo.
Dalinar Kholin desafió al malvado dios Odium a un duelo de campeones en el que se decidirá el futuro de Roshar. Los Caballeros Radiantes solo tienen diez días para prepararse… y la repentina ascensión del taimado e implacable Taravangian al puesto de Odium lo ha sumido todo en una tremenda confusión.
La lucha desesperada prosigue simultáneamente a lo largo y ancho del mundo: Adolin en Azimir, Sigzil y Venli en las Llanuras Quebradas y Jasnah en Ciudad Thaylen. El exasesino Seth deberá purgar Shinovar, su tierra natal, de la oscura influencia de los Deshechos. Lo acompaña Kaladin, que afronta una nueva batalla ayudando a Seth a combatir sus propios demonios… y tendrá que hacer lo mismo con Ishar, el demente Heraldo del Todopoderoso.
Al mismo tiempo, Shallan, Renarin y Rlain se esfuerzan en desentrañar el misterio que hay tras la Deshecha Ba-Ado-Mishram, el de qué papel tuvo en la esclavización de la especie cantora y en el hecho de que los antiguos Caballeros Radiantes mataran a sus spren. Y Dalinar y Navani buscan una ventaja contra el campeón de Odium que solo puede hallarse en el Reino Espiritual, donde el recuerdo y la posibilidad se combinan en el caos. El destino de todo el Cosmere pende de un hilo.
Ficha
Fecha de lanzamiento: 09/12/2024
Idioma: Español
Editorial: Nova
Nº de páginas: 1408
Autor: Brandon Sanderson
Reseña, ¡sin spoilers!
Viento y Verdad es una novela de fantasía épica, el final del primer arco de la saga de El Archivo de las Tormentas. He de decir que tengo opiniones enfrentadas sobre esta novela. Por un lado, la he disfrutado mucho. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo le encuentro más pegas. Hoy trataré de dar una visión general de esta.
Diez días
La novela está estructurada en diez partes, una representativa de cada día antes del gran duelo entre el campeón de Odium y Dalinar Kholin. Según mi parecer, esto ha sido el mayor arma de doble filo que ha podido utilizar Sanderson.
Por una parte, esta cuenta regresiva genera una tensión constante que va creciendo a medida que pasan los días. La situación se va volviendo más difícil, más desesperada, y cada vez dudas más de hasta qué punto de verdad pueden ganar.
Además, tener más divisiones le ha permitido añadir más interludios. Es un recurso muy bueno que permite al lector visualizar puntos de vista que no debería poder conocer, ya sea porque no se focalizan en los protagonistas o porque la acción transcurre lejos de donde se sitúan las tramas. Sin estropear la sorpresa, esta vez ha mostrado continuidad con un personaje a lo largo de los interludios y ha sido todo un acierto.
Ahora bien, los diez días no han beneficiado a todas las tramas. Tenemos varios grupos definidos en Viento y Verdad, cada uno de ellos con su propia misión. Por un lado, el dúo de Kaladin y Szeth; Adolin por su cuenta; Shallan con Rlain y Renarin; Jasnah por su cuenta; Sigzil cerca de Venli y, por último, Dalinar con Navani y Gavinor. Además de pequeños puntos de vista más secundarios. Como podrás sospechar, son muchos personajes, muchas tramas, y pocos días para resolver todo lo que quiere.
Alcanzar un destino
El tema principal de Viento y Verdad es superar los traumas que han acompañado a todos los personajes. Que no son precisamente pocos. Muchos de ellos ya se han ido viendo en el resto de novelas, pero prefiero ir desglosando personaje a personaje.
Kaladin y Szeth
El caso de Kaladin no ha variado demasiado. Él, a través de sus ideales, ha ido aceptando que no puede proteger a todos y ahora ya no es un soldado. Entonces, ¿quién es ahora? Es su gran pregunta, la respuesta que trata de buscar en toda la novela. Vemos que Syl se encuentra en una tesitura similar, ya no quiere vivir solo para Kaladin, igual que él debe aprender a no vivir solo para proteger a los demás.
Y entonces, Sagaz le dice que es el primer terapeuta de Roshar, aunque no sepan lo que es. Y, por si no nos queda claro, Sanderson se encarga de repetirlo hasta la saciedad durante toda su trama. No solo tiene la tarea de curarlo a él, sino que encima tiene que curar a los Heraldos. Seres con milenios de edad que causaron la destrucción de su mundo, que han vivido torturas incontables y cuyas mentes están fracturadas. En diez días. Al menos, no se encarga de curar a todos, pero sí a unos cuantos personajes. Sin embargo, no me resulta verosímil.
Por fin conocemos el pasado de Szeth, la razón de por qué se le llama Sinverdad. Por desgracia, no he terminado de conectar con su historia. Eran momentos que, si bien revelan información importante, me han resultado lentos. Es un personaje atribulado, que carga veintiséis años de trauma. Por ello, no me creo que sane en tan pocos días.
Dalinar y Navani
La trama de estos dos personajes es quizá la más importante en cuanto a revelaciones. A través de un viaje por el Reino Espiritual, se embarcan en la misión de encontrar una forma de detener a Odium.
Por fin podemos vivir de primera mano momentos cruciales en la historia de Roshar. Todos los misterios, los huecos en su historia, los secretos ocultos por el Padre Tormenta, absolutamente todo. En un espacio en el que, por supuesto, el tiempo no corre igual que en el Reino Físico.
Los diez días pasan a ser una ilusión, pues si se descuidan, segundos allí pueden ser horas, días o hasta décadas. O al revés, si lo controlan, horas allí pueden ser segundos. Así que la tensión no se centra tanto en el tiempo sino en ser capaces de encontrar el poder que buscan.
El papel de Navani, que tanto había evolucionado en El Ritmo de la Guerra, queda relegado de nuevo. Juega un papel importante, pero no activamente. Más bien es Dalinar embistiendo de frente y los demás a su alrededor hasta que llega su momento de sanación. Y es una verdadera pena.
Shallan, Rlain y Renarin
El trío de protagonistas más difícil de comentar. Los tres tienen la misión de encontrar a Ba-Ado-Mishram, el Deshecho que se atrevió a plantar cara a Odium y que podría ser crucial para el duelo. Tarea que queda diluida en el constante esfuerzo de Sanderson por demostrarnos que los tres han sanado.
Shallan, junto a Patrón y Testimonio, y gracias a las visiones del Reino Espiritual, por fin es capaz de enfrentarse a su pasado. Tras cuatro libros, aún tenía que conseguir hacer por sí misma aquello por lo que creó a Radiante. Es una trama que me ha gustado a medias. Por un lado, toda la parte de La Corte Inadvertida me ha resultado tediosa a más no poder. Son personajes que apenas aportaban a la trama y por los cuales no he conseguido interesarme. En cuanto a los Sangre Espectral, he tenido la sensación de que eran un cabo suelto que tocaba eliminar, sin más.
Y luego están Rlain y Renarin. Me da especial rabia lo que ha pasado con estos dos. Me enfurece que Sanderson no los haya construido bien en los anteriores libros. Hubiera bastado con pequeños momentos, detalles sueltos que fueran dándonos a entender mejor en qué iba a desembocar. En vez de sentirse natural, ha sido algo más como “eh, está bien ser gay”. Por supuestísimo que lo está. Es solo que incluso el propio Rlain se da cuenta de que quizá, a escasos días del posible fin del mundo, igual sería más conveniente centrarse en su tarea.
Han faltado interacciones de antemano, pues parece que todo ha surgido a bote pronto. Quería que su relación se sintiera amorosa y que estuvieran bien representados. Sin embargo, me quedo con el chasco de que su unión es más un símbolo político entre humanos y cantores.
Jasnah y Sigzil
Me parece un despropósito lo que ha pasado con Jasnah. La reina de Alezkar, Nominadora de lo Otro, la persona seguramente más inteligente de Roshar y de las más poderosas. ¿Dónde ha quedado todo eso?
En esta novela solo hemos visto su parte erudita. Su mayor enfrentamiento es a nivel intelectual. Que, si bien es delicioso de leer, a mi me parece que es desperdiciarla por completo. Ella más que superar sus traumas, ha ganado varios. Creo que Viento y Verdad ha supuesto para ella una forma de aceptar su verdadero yo, y de prepararse a lo que va a llegar.
Con respecto a Sigzil, su trama ha sido dura a más no poder. Sabíamos que iba a serlo, a fin de cuentas, habíamos leído El Hombre Iluminado. Ahora me arrepiento de ello. Al conocer el futuro de este personaje, estábamos preparados para recibir el puñetazo de cada momento clave.
Pese a ello, me ha gustado mucho su personaje. He disfrutado viendo al Puente Cuatro sin Kal. Sigzil se merecía algo mejor que lo que le sucede. Todos ellos se lo merecían. Pero, tener a alguien como Moash acosándote, no podía hacer las cosas fáciles. Además, este personaje también se extiende un poco gracias a los Interludios. Y, vaya, poco puedo decir destripar la sorpresa, pero guau.
Adolin
Adolin se merece un apartado para él solo, en parte porque ha ido por su cuenta, y en parte porque si por mi fuera tendría una estatua. Con él sí he sentido la presión de los diez días. Es un personaje que pasó de ser el mejor de su época a ser uno más. Acostumbrado a la perfección, su viaje es aprender a no perseguirla.
Él no necesitaba juramentos, no necesita ser un Radiante, no quiere serlo. Es el hombre que pudo ser Rey y lo rechazó. Cualquiera podría haberse aprovechado de sus conocimientos sobre los Ojos Muertos, pero él no. Es una persona capaz de llegar a Azimir y hacer sentir al hombre más pequeño que vale su peso en oro.
Creo que es opinión de todos decir que es un ser de luz. El rayo de esperanza en medio del caos de novela que ha sido Viento y Verdad. Por él sí me he emocionado, y ha habido momentos que he leído borroso por las lágrimas. Toda la epicidad, la buena bondad, la superación del odio hacia su padre, la importancia de las promesas por encima de cualquier juramento. Ojalá hubiera sabido transmitir lo mismo con el resto.
¿Y ahora qué?
Viento y Verdad es el final del primer arco de El Archivo de las Tormentas. La novela termina de una forma en la que conecta directamente con El Metal Perdido. La sensación general que me ha dado al leerla es que Sanderson necesitaba cerrar tramas sí o sí. No podía haber un sexto libro, pues ya estaba fija la estructura como una decalogía. Así que ha tenido que apresurarse en el viaje para llegar al destino, y se ha notado.
Me ha parecido que ha sido un libro de transición. Nos deja ver una pincelada de lo que va a suceder con cada personaje. Desde luego, se quedan muchísimas preguntas abiertas, y el augurio de un devenir oscuro para estos personajes. También es el empuje que necesitaba la saga para terminar de unirse al resto del Cosmere, ya no podían estar aislados más tiempo.
No quiero que se me malinterprete. Viento y Verdad tiene muchos momentos épicos, muchísimas revelaciones, secretos y referencias del Cosmere, y mientras la leía siempre había algo que me mantuviera pegado y disfrutando. Aunque, el balance y el desarrollo de los personajes podría haberse llevado mejor. Considero que no es su mejor obra, y que quizá también nos hemos vuelto demasiado exigentes. Pese a que no era lo que muchos esperaban, es un final de arco, no de saga. Esperemos a ver cómo evolucionan en un futuro, y disfrutemos de lo que se nos ha entregado.
Valoración
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