Reseña: El primer jinete

Sinopsis

Eva acaba de sufrir la pérdida de su mejor amiga. Mientras se pasa los días reflexionando sobre lo que hay más allá de la muerte y sobre la existencia de Dios, Adrián, un misterioso chico, aparece en su vida al tiempo que son transportados a otro lugar. Pero esto no es casualidad. Los espíritus auguran malos presagios, el cielo reclama sangre y algo terrible se acerca. ¿Serán capaces de frenarlo?

Reseña, ¡sin spoilers!

El primer jinete es una novela de fantasía urbana que inicia la trilogía de El mundo de la diosa. Se trata de una historia llena de intrigas pero también superación. Andrea Aguirre nos trae una historia original e interesante. Sin duda los personajes son el motor de esta novela, con los que el lector puede identificarse o empatizar. Es una combinación gratificante entre habilidades sobrehumanas, enfrentarse al destino y aprender a superar el pasado.

Estilo narrativo

Andrea Aguirre utiliza un estilo de narración bastante fluido y directo. Cada capítulo tiene la importancia y duración justa para engancharnos sin sentir que se hace pesada. Esto mismo sucede con el uso de las descripciones lo suficientemente detalladas como para imaginarnos las escenas y a la vez no cansar al lector.

Nada más comenzar El primer jinete ya se nota que el peso de la novela está en los sentimientos de los personajes, en la forma en la que ven el mundo y cómo lidian con sus conflictos internos. Consigue una narración que acerca mucho al lector y que favorece identificarse con ellos. También son cruciales las descripciones de las relaciones entre los personajes, que consigue distinguirlos a todos con diálogos característicos y naturales.

Hablemos de los protagonistas

En El primer jinete comenzamos teniendo dos protagonistas, Eva y Adrián. Ambos viven una vida normal en la Tierra siendo universitarios. Al principio solo sabemos que Eva está sufriendo el duelo por su mejor amiga, Lucía, quien falleció recientemente. La autora consigue transmitirnos muy bien la angustia y dolor por el que pasa Eva, centrándose en cómo poco a poco fue dejando la universidad e incluso pasando cada vez menos tiempo en su casa y visitar la tumba de su amiga. Sin embargo, vemos una gran evolución en Eva, un personaje amable y muy sensible que aprende a llevar el duelo y encontrar un nuevo sentido para su vida.

Adrián comienza siendo una figura misteriosa de la cual solo se nos presenta una fuerte conexión con Eva. Una de las claves de este personaje es lo poco que sabemos de su pasado hasta bien entrada la novela, de forma que solo vemos lo que él quiere mostrar. Es una persona que parece saber controlar las situaciones y que lo analiza todo, pero después vemos que también se alegra por poder tener a alguien a quien le importe tanto como para querer protegerle a toda costa.

Me ha gustado mucho el vínculo que se forma entre Eva y Adrián, que se mantienen unidos pese al caos de la nueva vida que se ven forzados a afrontar. Son personajes que esconden más de lo que muestran y que se llegan a entender tan bien que crean una sinergia sin que se note forzada.

Después hay otros dos protagonistas, aunque no llegan a tener tanto peso como los dos primeros. Se tratan de Iven y Eyen. Andrea Aguirre juega con el misterio que envuelve a estos personajes. Eva y Adrián van recibiendo información sobre ellos de diferentes fuentes, y aunque parecen al principio personajes fríos y poco sensibles, les da un giro de 180 grados para presentarnos su verdadero interior. Dos personajes que tampoco han tenido un pasado fácil pero que se mantienen unidos para enfrentarse a un mal mayor.

Además, está el personaje de Luna, una niña con una enfermedad degenerativa a la cual Iven y Eyen intentan ayudar y a la que tratan como si fuera su hermana. Este personaje es como un faro que ayuda a no perder de vista los momentos tiernos y bonitos de esta novela.

Lecciones de vida

En El primer jinete se tratan temas de vital importancia como el duelo, con el personaje de Eva como se dijo anteriormente, ofreciéndonos la cruda visión que supone pasar por estos momentos en los que nuestra vida deja de tener sentido. Es por ello muy gratificante que le de el tiempo y las razones suficientes al personaje para volver a retomar su vida.

Me ha gustado que el resto de personajes también nos aporten lecciones de vida sobre diferentes temas importantes como la soledad, representada con Adrián, o la valentía, la culpabilidad y la fraternidad que desarrollan los protagonistas unidos por un bien mayor. Me ha gustado que la novela nos haga reflexionar sobre valores tan importantes. La evolución de los personajes no siempre es lineal, y muchas veces viene marcada con conversaciones o monólogos interiores con reflexiones muy interesantes.

Poderes y un mundo alternativo

Puesto que estamos ante una novela de fantasía urbana, lo primero que quiero destacar es qué elementos son fantásticos en este mundo. Y es que la premisa tiene su toque original. Sin entrar en demasiados spoilers mayores, se puede decir que los protagonistas poseen habilidades sobrehumanas de diferentes tipos. No hablo de superhéroes al uso (olvídate de visión calorífica), sino que tienen aumentadas las capacidades propias de un humano. Es decir, correr más, sanación acelerada o mayor fuerza por ejemplo. Me ha gustado mucho la forma en la que Eva y Adrián iban descubriendo sus habilidades a la par que se las iban enseñando y entrenaban. Generalmente, la trama de aprendizaje de habilidades o magia suele ser tediosa. La autora lo ha compaginado perfectamente con la trama para que resulte natural.

La ambientación es bastante reducida, pues se centra principalmente en una Universidad, pero esto también ayuda a que se pueda centrar más en la relación entre los personajes. Otro de los elementos fantásticos es el hecho de viajar a un mundo similar a la Tierra, cambiando solo ciertos conceptos como los nombres, idiomas y economía o la vegetación. Siempre es divertido ver a los protagonistas interactuar con estos cambios, ir descubriendo las diferencias y parecidos entre los mundos y ver cómo se adaptan.

Además, entra en juego también la religión del cristianismo y utiliza elementos como los jinetes del apocalipsis y una diosa junto al dios Yavhé. Otro añadido que me ha parecido muy curioso es que los espíritus existan y tengan importancia en la trama.

Valoración final

En definitiva, El primer jinete es una novela de fantasía urbana amena y rápida de leer. Hay un maravilloso trabajo en la relación entre los protagonistas y su desarrollo que nos hace querer continuar. La trama no se enreda y esconde varios giros interesantes que ayudan a no dejar la novela hasta terminar. Me ha gustado en especial la combinación de habilidades sobrehumanas y los conceptos religiosos que toma en un mundo alternativo al nuestro.

Andrea Aguirre trata temas muy importantes como el duelo, la soledad, la bondad y la fraternidad con los que sin duda alguna de las reflexiones dan que pensar. Además, quiero hacer una mención especial a las cuidadas ilustraciones que se intercalan de vez en cuando con el texto y que ayudan a la ambientación. La novela tiene un gran final lleno de emociones y que genera más preguntas y ganas de cara a su continuación. Sin duda, una novela que todo fan de la fantasía urbana debería leer.

Valoración

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