Reseña: El príncipe heredero

Sinopsis

«Tú eres un príncipe. No puedes renunciar a tus obligaciones. Y de ti depende vengar a tu hermano y ayudar a tu madre, que lo hizo todo por ti. ¿Piensas darles la espalda?» La vida de Jay en la Tierra ha sido un engaño. Una noche oscura, un callejón apartado y un encuentro sorprendente hacen que la verdad salga a la luz: su origen está muy lejos, lleno de incógnitas, en un planeta que ni imagina. Hadriel, aquel que creía que era su padre, y Caedra, mujer de una extraña raza, le ayudarán a recorrer un camino violento y lleno de amenazas para huir del emperador que pretende acabar con su vida. Gea se abre a sus ojos como un mundo hostil y, a la vez, fascinante. Pero ni siquiera los nuevos poderes que descubre Jay en su interior serán suficientes para que se sienta preparado para enfrentarse a su destino. ¿Quién es el emperador de Gea? ¿Qué razones le llevan a desear la muerte de Jay? ¿Podrán sus compañeros y él enfrentarse a un poderoso emperador, venerado por todos como un dios, y salir victoriosos? Las sombras están al acecho… El príncipe heredero es el primer volumen de una tetralogía en la que Jay irá madurando a lo largo de una odisea que le devuelve a su origen, su verdadero hogar y su destino.

Reseña, ¡sin spoilers!

El príncipe heredero es una novela de alta fantasía ligera y el inicio de una tetralogía. Estamos ante una novela coral que en un mismo capítulo nos presenta escenas desde varios puntos de vista, principalmente de los protagonistas Jay y Caedra. Es un recurso muy bien usado que nos permite empatizar mejor con cada situación, ayudándonos a tener una imagen mucho más dinámica y compleja de las situaciones.

Ya desde el comienzo con un prólogo impactante atrae la atención del lector. El ritmo y la tensión van aumentando a lo largo de la novela, ambos cuidados para que en ningún momento se pueda hacer pesado. Las descripciones cortas y medidas junto a capítulos cortos también ayudan a leerla más rápido de lo normal en la fantasía.

Jay, Caedra y Hadriel

Jay es uno de los protagonistas, un chico de dieciocho años que vive con su padre, Hadriel. Va a la universidad, tiene pareja y su vida en la Tierra es normal. Hasta que una noche volviendo a su casa intentan atracarle. De repente, una ráfaga de viento los tira al suelo y aparece una chica con cuernos afilados, el pelo blanco y una lanza. Una emocionante presentación de la otra protagonista, Caedra.

Jay y Caedra, hecho por C. A. Todorova

Caedra es fuerte, una guerrera valiente que tiene una misión que cumplir y con un pasado marcado por el dolor de la pérdida. Ella además no es humana, sino zeafírea, por lo que pertenece al mundo de Gea. A diferencia de ella, Jay es un chico más bromista e inocente, con un corazón demasiado bueno para ciertas situaciones. Son estos contrastes los que van marcando una evolución en ambos que nos deja momentos divertidos, y también algunos muy dolorosos. En especial es muy notorio el cambio de Jay, que al verse arrojado a un mundo más duro que la Tierra se ve forzado a madurar sin dejar su esencia amable.

Me ha gustado mucho la relación de Jay con Hadriel. Es un hombre que esconde más secretos de los que su hijo se podría imaginar. Y, pese a todo lo que sucede una vez están en Gea, Jay siempre puede contar con él. Tienen una relación preciosa entre padre e hijo que se mantiene a lo largo de toda la historia, algo que no se acostumbra a mostrar y que se agradece.

El desconocimiento de Jay y las explicaciones de Hadriel y Caedra son las que nos van dando a entender más sobre este mundo, algo que no se siente abusivo en ningún momento.

Personajes secundarios interesantes

A lo largo de la trama se van introduciendo personajes secundarios que se unen al elenco principal. Consigue crear algunos muy interesantes hasta el punto de considerarse protagonistas, como es el caso de la denu Su-Nev o el Shak’ti Tarvo. Aprovechando que es una novela coral, nos introduce en el punto de vista de estos personajes y nos hace ver también una gran evolución en ellos, haciendo que nos interesen sus vidas y empaticemos con ellos. Al ser el primer volumen de una tetralogía, se intuye que la importancia de estos personajes irá creciendo o que, al menos, volverán a aparecer.

También nos introduce en la piel de los personajes antagonistas, como el emperador o el oráculo supremo. Esto favorece la tensión en la novela y nos hace sufrir por el resto, ajenos a lo que se nos revela en los breves capítulos de los antagonistas.

El mundo de Gea

El príncipe heredero se ambienta en el mundo de Gea. Este tiene algunas similitudes con lo que podría ser la Tierra en la época medieval. Comparten algunos animales y plantas, pero en su mayoría es un mundo original. C. A. Todorova ha hecho un excelente trabajo de worldbuilding a la hora de diseñar el mundo. En esta primera novela la acción transcurre en solo uno de los continentes, aunque se nos menciona la importancia del otro y del cual tengo muchas ganas por conocer.

Mapa de Gea, hecho por Andrés Aguirre

Gea es un mundo habitado por varias razas, las cuales están conectadas a un elemento en particular y a un dios. Tenemos a los zeafíreos, que viven en lo alto de las montañas. Caedra es una de ellos, su raza se caracteriza por tener cuernos, pelo blanco, ojos rapaces y unas alas enormes de un tono marrón con las que vuelan.

Por otro lado están los denu, viven en los bosques. Su piel es verde moteada y tienen las orejas puntiagudas, algo fácil de asociar con los elfos. Después están los torrogal, de pieles negras o marrón oscuro y textura aceitosa, con afilados colmillos. Viven en el desierto. Por último, los aquitones, una raza de piel azul, cubierta de escamas, manos y pies palmeados, orejas parecidas a aletas, branquias en el cuello y ojos completamente negros. Viven en el océano.

Es un mundo muy coherente y muy rico en detalles que he disfrutado muchísimo. Las razas tienen sus propios conflictos, generalmente hay un marcado racismo entre ellas. Los denu desprecian a los humanos porque destruyen sus bosques, los zeafíreos son neutrales, los torrogal se llevan bien con los humanos y los aquitones son una raza esquiva que no se relaciona casi nunca con las demás.

Magia blanda elemental

Pasemos a hablar de la magia. El príncipe heredero tiene un sistema de magia blanda, algo que se agradece después del boom por la magia dura, más complicada. Cada raza domina un elemento: los zeafíreos el aire, los denu la tierra, los torrogal el fuego y los aquitones el agua. Excepto los humanos, que pueden controlar los elementos pero sin alcanzar el nivel de la raza afín correspondiente. Donde sí destacan es en la capacidad de tener otros poderes, relacionados con la telepatía o telekinesis principalmente. Me ha recordado mucho a los elementos de Avatar: The last Airbender, con añadidos que lo mejoran.

Escena introductoria de Avatar: The last Airbender

Este sistema de magia de elementos clásico es perfecto para tener unas escenas de acción emocionantes y muy visuales. Sabemos qué acciones va a poder hacer cada uno, lo cual no deja lugar a sorpresas más allá del ingenio y habilidad del usuario. Lo único que puede perjudicar a esta magia es que, a la hora de los enfrentamientos, no sabemos qué es lo máximo que va a poder hacerse y es muy fácil caer en la incoherencia. C. A. Todorova lleva muy bien este riesgo, ya que los personajes establecidos no actúan más allá de su poder. La evolución de Jay en el control de sus habilidades está muy bien llevada y no nos hará dudar de su capacidad para resolver los conflictos o sucumbir a ellos.

Valoración final

El príncipe heredero es una novela de fantasía juvenil de lectura rápida y sencilla. Tiene unos protagonistas complejos, con los que es imposible no empatizar y hacernos que queramos seguir leyendo. La novela mantiene el ritmo y la tensión, ayudándose de capítulos cortos, descripciones medidas, muchos diálogos e intercalando capítulos con el punto de vista de los antagonistas.

El mundo de Gea es muy interesante y original, con una ambientación de alta fantasía que está muy bien presentada y que nos hace sentir que el mundo es más grande de lo que vemos. El sistema de magia blanda con elementos, aunque a veces nos hace dudar del potencial real de los personajes, se utiliza con cuidado y nos ofrece escenas de acción emocionantes y muy visuales.

La novela tiene giros en el argumento y muchas sorpresas, aunque algunas se pueden ir intuyendo porque las pistas se dejan a lo largo de la historia. En definitiva, El príncipe heredero es un muy bien comienzo para una tetralogía que tiene pinta de ir volviéndose más madura. Puedes leer la reseña que he hecho de su secuela, La maestra de las sombras.

Valoración

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