Solarpunk – Rooftop Farms, Jessica Woulfe
¿Alguna vez te has planteado un mundo en el que no hayan problemas climáticos ni sociales? ¿Qué pasaría si se utilizara la tecnología a favor del planeta? ¿Podríamos vivir con energías renovables como principal fuente de energía? El solarpunk responde a estas preguntas y más mediante la visión de un futuro positivo para el planeta.
¿Qué es el solarpunk?
El solarpunk comenzó siendo un subgénero de la ficción especulativa, ciencia ficción y fantasía en especial, que ha evolucionado hasta ser un movimiento artístico y sociocultural. Pertenece a los subgéneros punk porque es rebelde, porque va en contra de la dirección cada vez más alarmante del mundo actual. Mira más allá del capitalismo y tiene que ver con el decolonialismo, rechazando por completo el negacionismo o la desesperación. El solarpunk se centra en mostrarnos un futuro optimista, utópico o como mínimo positivo para el planeta. Algo que tiene en común con el hopepunk.
Para poder alcanzar el futuro utópico, el mundo en el que se ambienta el solarpunk ha sido capaz de dejar atrás el consumismo y resolver los problemas sociales. De este modo, las sociedades que se plasman viven en un mundo sostenible que ha alcanzado un estado de armonía con la naturaleza. Con el fin de conseguir un mundo más verde libre de contaminación, el uso de la tecnología se ve reducido y confinado a tecnologías de energías renovables. En particular, solarpunk hace referencia a la energía solar como principal fuente de energía.
Si bien se adoptan otros sistemas de producción más amigables con la naturaleza como la permacultura y la jardinería, la ambientación sigue siendo futurista y por tanto el nivel tecnológico que se encuentra es muy superior al actual.
¿Cuándo comenzó el solarpunk?
Los inicios del solarpunk se remontan a 2008, cuando el blog Republic of the Bees publica el artículo From Steampunk to Solarpunk. En este artículo se nos define el solarpunk como una contraposición del steampunk, que se ambienta en la época victoriana donde la tecnología basada en el vapor intenta imitar la tecnología moderna. Comparte con este subgénero el ingenio y la generatividad. El solarpunk mira hacia un futuro optimista, utópico o como mínimo mejor. Es posible vivir en armonía con la naturaleza y sin problemas sociales.
El solarpunk también toma conceptos del cyberpunk para acabar siendo dos caras de una moneda. La diferencia estética es evidente, esto radica en que el cyberpunk trata de advertir del posible futuro nefasto hacia el que va encaminada la humanidad si no toma cartas en el asunto. Para ello, plantea escenarios crudos donde se ven las peores lacras de la sociedad como la desigualdad económica y la deshumanización. El solarpunk le da vuelta por completo y opta por mostrar soluciones a los problemas actuales mediante el activismo.
Estética del solarpunk
¿Qué puede encontrarse en el solarpunk? Los principales personajes de los escenarios son los paneles solares y los jardines. El nuevo urbanismo o peatonalismo cumplen un papel importante para conseguir esto, ya que se construye creativamente con el objetivo de aprovechar al máximo la ganancia solar. A este también se debe la gran presencia de jardines, parques y huertos.
Destaca el uso de tecnología apropiada o adecuada, y aquella alta tecnología que es necesaria debe ser sencilla y elegante, en conjunción con la vegetación. Así, se hace especial énfasis en el uso de la bicicleta o innovaciones al estilo «jugaard».
Por sorprendente que pueda resultar, uno de los aspectos visuales en los que se basa el solarpunk es en la estética que presenta Hayao Miyazaki en sus películas de Studio Ghibli. Si bien podría decirse que una de sus grandes inspiraciones visuales es el movimiento artístico del Art Nouveau. Algunos de los elementos que toma prestados son el uso de líneas orgánicas y sinuosas, añadiendo en estos paletas de tonos terrosos y colores suaves que combinan con la naturaleza.
Os dejo este breve anuncio de la compañía de yogures Chobani que expresa a la perfección esta estética:
El salto a la literatura
Sería ya en la década de 2010 cuando el subgénero literario comenzó propiamente dicho con la antología brasileña Solarpunk: historias ecológicas e fantásticas em um mundo sustentável, publicada en 2012 y traducida como Solarpunk: Ecological and Fantastical Stories in a Sustainable World en 2018. Este conjunto de relatos nos mostraban un mundo sostenible alimentado por energías limpias y renovables.
El año 2014 sería el elegido para la publicación de Solarpunk: Notes toward a manifesto, escrito por Adam Flynn e inspirado por la publicación de la artista Olivia Louise que había subido ese mismo año en Tumblr. Sin embargo, el subgénero terminó de consagrarse con la publicación de A Solarpunk Manifesto, publicado en 2019 y firmado por la propia Comunidad Solarpunk. Este grupo de personas readaptó las ideas presentadas durante la década con el objetivo de definir con claridad el subgénero y movimiento.
En 2020 fue publicado el primer libro solarpunk en español y que además pone en relación el solarpunk con la permacultura: La Rueda. Una novel·la il·lustrada sobre Permacultura en clave Solarpunk. Esta novela también recoge el manifiesto solarpunk y se autodefine como una reflexión sobre ecología, vida comunitaria, permacultura, relaciones sentimentales y manifestaciones del arte.
¿Qué novelas solarpunk puedo leer?
Saga de las parábolas: La parábola del sembrador y La parábola de los talentos
La saga de Octavia Butler se centra en el origen de una religión ficticia conocida como Earthseed. Mezcla esperanza y terror en un futuro donde el cambio climático y las crisis económicas llevaron al mundo al caos a principios de la década de 2020. Lauren Olamina es una joven que intentará hacerse escuchar para proteger al resto de los desastres inminentes, lo que acabará desencadenando el nacimiento de una fe. Puedes adquirir aquí La parábola del sembrador y La parábola de los talentos. Si quieres más información, puedes leer mi reseña sin spoilers de La parábola del sembrador.
El ministerio del futuro
La novela de Kim Stanley Robinson nos muestra la visión de un mundo desolado por el cambio climático y nos narra la historia del Ministerio del futuro, un organismo creado en el año 2025 para defender a las futuras generaciones de la humanidad y proteger a todos los seres vivos. Puedes adquirirla aquí.
Antologías de temática solarpunk en inglés
Por desgracia, el solarpunk todavía no tiene una fuerte presencia en el mercado internacional, por lo que la gran mayoría de sus obras no están traducidas y se mantienen en inglés. Si la barrera idiomática no supone un problema puedes leer también:
- Afterglow: Climate Fiction for Future Ancestors, Grist.
- Multispecies Cities: Solarpunk Urban Futures, Priya Sarukkai Chabria, Taiyo Fujii, Shweta Taneja.
- Glass and Gardens: Solarpunk Summers.
El futuro que debemos perseguir
El manifiesto solarpunk nos insta a actuar desde el comienzo de este: “Según nuestro mundo se va volviendo más y más turbulento, lo que necesitamos son soluciones, no sólo advertencias. Soluciones para prosperar sin combustibles fósiles. Para gestionar equitativamente la escasez real y compartir en abundancia en lugar de alimentar una falsa escasez y una falsa abundancia. Para ser más amorosas entre nosotras y con el planeta que compartimos”.
Es muy fácil caer en el pesimismo dada la creciente inestabilidad en el mundo, por eso es tan necesario un movimiento que nos recuerde que podemos construir un futuro mejor. El solarpunk traza la hoja de ruta para definir una sociedad sostenible y justa que evoluciona hacia la plena aceptación y comprensión mutua, hacia un futuro más positivo para el planeta.
Sobrepasar la brecha económica entre clases y el control de las sociedades corporativas no se plantea para futuras generaciones lejanas, sino para ahora. No se trata de una utopía, sino de un objetivo al alcance de nuestras manos.
¡Gracias por haber llegado hasta aquí! ¿Y vosotros, conocíais el solarpunk? ¿Habéis leído alguna novela de este? Podéis dejármelo en los comentarios.