Cómo abandoné mi borrador y reviví «Proyecto Alquimia»

Eimara Proyecto Alquimia

Eimara, protagonista de Proyecto Alquimia

Hoy te traigo una reflexión a la que cualquiera que escriba, se debe enfrentar al menos una vez en su vida. Incluso, lo ideal es que ocurra más de una vez. Dentro de nada lo entenderás. De momento, voy a ponerte un poco de contexto. El año 2024 debería de haber sido la fecha de lanzamiento del Proyecto Alquimia. Por si no me sigues por las redes sociales, se trata de una novela que transcurre después de La Luz del Ocaso.

Te preguntarás entonces por qué, en enero de 2025, todavía no está disponible. Y es que, querido lector, hay veces en la vida en las que dar un paso atrás es necesario para avanzar. En cuanto te cuente mi historia, entenderás que haya tenido que retrasarse. Porque sí, al menos eso sí lo adelanto. El proyecto sigue en marcha, la maquinaria no se va a detener.

Publicación de La Luz del Ocaso

Sitúate en agosto de 2023, tras la publicación de mi primera novela. Llevaba muchísimos años peleando para que consiguiera salir a la luz. Como con todo, necesitaba tomarme un descanso antes de dar el siguiente paso. Era una época en la que estaba muy metido en el mundo de Bookstagram. Así que, me centré en crear contenido y leer como un condenado. Creo que es el año que más he leído de golpe, casi sacaba libro por semana. Por supuesto, también aproveché para alejarme un poco de la escritura y que reposara.

En ese momento, quería ponerme a escribir directamente la secuela de La Luz del Ocaso. El guion original de esta contaba con la segunda parte, así que tenía una buena base sobre la que empezar. Aquí detecté el primer problema. Yo había madurado, y la historia ya no se alineaba conmigo. Funcionaba como un solo guion, pero por separado dejaba mucho que desear. Sentía mucha presión después de haber debutado con tan buenas críticas y no quería echarlo todo a perder.

Entonces dije, ¿y si escribo otra cosa? Si me sigues en redes, sabrás que el Aezara, el universo de mis novelas, cuenta con una planificación de varias novelas. Algunas autoconclusivas que ya tenía empezadas, borradores que quedaron en el tintero como Lenguas de Fuego. Quise reescribirla, pero para ello necesitaba documentarme muchísimo y yo en ese momento lo único que quería era escribir. Pasé a Proyecto Dreamer, una idea que me encanta pero que tampoco me llenaba en ese momento. Poco a poco, caí en el vórtice del síndrome del impostor.

El NaNoWriMo

Pasaron los meses, diciéndome a mi mismo que lo que necesitaba era un parón. Aproveché para impulsar la visibilidad de Entre teclas y tinta y de La Luz del Ocaso, algo súper necesario para un autopublicado como yo. Al final, lo más importante es empatizar con los lectores como tú y establecer una conexión que haga que quieras seguir leyendo mis novelas y mis opiniones.

En noviembre, tenía las pilas recargadas. Comenzaba el NaNoWriMo, que si no sabes lo que es, se trata de una plataforma para escritores. Cada noviembre, inician el reto de conseguir escribir una novela antes del final de mes. Para ello, te ves obligado a escribir diariamente durante 30 días. La página web te permite registrarte para añadir tu proyecto. Una vez dentro, estableces el objetivo de palabras, y listo. Cuando vas a escribir, activas el temporizador o el cronómetro que tiene la web y lo paras al terminar la sesión de escritura. De esta forma, queda registrado.

A mí este reto siempre me había llamado la atención. La idea original era ayudar al escritor a crear un hábito de escritura diaria, que se dice que tarda 30 días en conseguirse. Además, al haber registrado las sesiones, puedes ver la gráfica de tu avance frente a lo estimado, los días y palabras restantes, te dice si eres un escritor nocturno o diurno, etc. Tiene también una gran comunidad, ya que te permite seguir a tus amigos y así ver el avance sus proyectos.

La verdad es que suelo trabajar mejor bajo presión. Ahora bien, sabía que estaba un poco oxidado y quise ser precavido. No terminaría la novela entera, pero sí una gran parte. ¿Entonces, Proyecto Alquimia es La Luz del Ocaso 2? No, aquí está el truco. Quería explorar nuevos personajes, tramas y lugares en el mismo mundo, antes de volver a la saga principal. Los eventos son de suma importancia, desembocan directamente en la secuela, así que puedes considerarla una La Luz del Ocaso 1.5. El guion nació sorprendentemente rápido, y me subí a la ola del NaNoWriMo de cabeza.

Bloqueo de escritor

Todo iba sobre ruedas. Mi previsión decía que terminaría la novela en junio de 2024. Sin embargo, estuve tan motivado que en marzo de 2024 podría llegar. Volví a contar con el gran artista Diego López y le encargué una ilustración de la protagonista, Eimara. Empecé a hacer ruido en las redes sociales y estaba tan seguro de que iba a conseguirlo, que subí la revelación a Instagram. Así que, te la dejo por aquí también. Te agradecería mucho que me comentaras qué te parece. También le encargué la portada, pero eso sí que no os lo puedo mostrar. ¡Va a ser sorpresa!

Eimara Proyecto Alquimia
Eimara, protagonista de Proyecto Alquimia

Febrero de 2024. Tenía 80.000 palabras escritas. Te dejo un segundo para que lo asimiles, imagino que ya te has adelantado a la tragedia. Llegó el día en el que estaba terminando la segunda parte de tres que va a tener la novela. Y no pude completarlo. Por duro que parezca, la historia que tan enganchado me había tenido, había dejado de tener sentido para mí. Me bloqueé por completo, dejé de creer en la historia que estaba escribiendo. Me di cuenta de que tenía muchas inconsistencias, de que los personajes no eran carismáticos ni actuaban con lógica. La primera parte era algo tediosa y le faltaba una chispa a la trama.

Por si pensáis que exagero, un amigo pudo corroborar todo esto de primera mano. La novela era un desastre. Sentí que estaba a las puertas del cielo y, de repente, me arrastraban de nuevo al mundo terrenal. Tuve una crisis bastante fuerte en la que se juntaron varios factores: había descuidado el movimiento de La Luz del Ocaso, la cuenta de Entre teclas y tinta, el síndrome del impostor me mordía la oreja. Y no pude más.

El renacimiento

Estuve sin apenas leer ni escribir hasta verano de 2024. Hasta que dije basta. Quería escribir, continuar con la historia de Eric y Fenrir. Y, por supuesto, darle una segunda oportunidad a Eimara. Nadie me iba a sacar del bloqueo de escritor excepto yo mismo, pero sí que necesitaba apoyo. Lo primero que hice fue pedir ayuda. Mi novia está siempre a mi lado, dándome fuerzas para continuar. También para señalarme aquello que no estoy haciendo bien, algo esencial. También me atreví a pedir ayuda a otros escritores. Asisto a un programa de asesoría y ayuda para escritores que imparte la escritora Miriam Alonso en la Papelería Bellver. En definitiva, engrasé de nuevo la maquinaria.

Entonces, fui muy sistemático y despiadado a la hora de elegir qué iba a sobrevivir del borrador y qué no. Iba a lograr contar la historia, de la mejor forma posible. Volví a conocer a Eimara, esta vez de verdad. Conocí a nuevos personajes, entendí mejor lo que quería que sucediera en ese punto de la cronología. Y pieza a pieza, logré armar el guion definitivo. Proyecto Alquimia resurgió de las cenizas.

¿Cuál es su estado actual? Después de esta historia, comprenderás el peligro de ofrecer cifras del progreso. Tengo el guion reestructurado, y aunque no he logrado recuperar el hábito de escritura diaria, sí que intento ir a capítulo por semana. De momento, no me queda mucho para terminar la primera parte, y la cifra de palabras empieza a imponer respeto.

Comentario final

Te preguntarás por qué te he contado todo esto. En parte, porque quiero ser transparente y no me da vergüenza esconder los altibajos que paso. Pero, sobre todo, para que si estás en una situación similar, o crees que puede sucederte, que sepas que hay salida. Vas a conseguir terminar tu novela y publicarla. Con toda seguridad, el borrador que tienes entre manos no va a ser el definitivo. Ya sea porque tú lo modificas con una revisión, porque detectas puntos débiles y fuertes en un informe de lectura, o porque en la corrección se aplican cambios.

Si alguna vez dudas entre continuar el borrador porque un pálpito te dice que no tiene la calidad que te gustaría, párate un segundo. Respira profundamente, dale unos días. Es una decisión arriesgada, y a veces nace por nuestro síndrome del impostor. Con esto te digo que querer alcanzar la perfección tampoco es lo correcto. Si de verdad crees que es lo mejor, aunque te suponga un retraso en la planificación, aunque te duela descartar 80.000 palabras. Hazlo.

Y ojo, digo descartar y no borrar porque dudo que todo sea malo. Algo podrás rescatar y reconvertir seguro, nunca se sabe lo que podrías llegar a hacer con ello. Ten valor para pedir ayuda a otros. Repito, pide ayuda si no estás bien. Como último consejo, rodéate de otros escritores. Poder comentar los proyectos sirve para que os retroalimentéis entre vosotros, la motivación aumentará y tendrás alguien que comparte tu profesión a quien acudir cuando lo necesites. También me ayudó releer uno de mis artículos: ¿Cómo escribir sin inspiración?

A finales de año, espero que la reflexión sea de otro tipo. Esto también es una apuesta para el Raúl Sanz Jodar del futuro:
¡2025 es el año de Proyecto Alquimia!

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